"Te tenemos que perdonar cualquier pavada que digas, pero no abuses." Promediando la primera emisión de Sabor a mí desde la muerte del hijo menor de su conductora, Maru Botana, ésa fue ayer la frase que marcó el tono del regreso. Fue Diego Pérez, el hábil coequiper de la cocinera quien la dijo, para hacer una graciosa y, al mismo tiempo, respetuosa referencia directa (la única) a la tragedia que sufrió Botana cuando hace un mes Facundo, de seis meses, falleció de muerte súbita.
Para los morbosos que se pararon en la pantalla de Telefé para ser testigos de lágrimas y sufrimientos, el programa no ofreció nada, sólo un agradecimiento en el comienzo y un fuerte abrazo al final. En el medio, Botana fue la de siempre, aunque un poco más concentrada en la cocina que lo habitual. En general, la cocinera se distrae fácilmente de la receta del día para bromear con productores, asistentes y camarógrafos; en cambio, en el programa de ayer esas salidas quedaron a cargo de Pérez, que hizo un gran trabajo en las circunstancias más difíciles.
Por momentos, para quien no conociera los hechos que provocaron la salida del aire del ciclo, la emisión de ayer podría haber sido un día de estreno más. Un reencuentro entre compañeros y con el público luego de una vacación y, tal vez, en esos momentos el espectador puede haber sentido cierta incomodidad ante la liviandad con la que se mencionaba el mes que pasó. "No contaste nada. ¿Este mes que hiciste?", le preguntaba Pérez al asistente de cocina que suele ser el blanco de la mayoría de las bromas de todos los integrantes del equipo. No había necesidad de palabras solemnes, pero tampoco hacía falta mencionar el mes que pasó en un tono tan festivo.
Al tiempo de poner manos a la obra con la receta del día: pasta frola, primero; empanadas, después, la cocinera empezó algo dispersa, pero pronto comenzó a hacer de las suyas criticando la manera de cocinar de su asistente y hablándole a la cámara muy de cerca para revelar sus secretos de experta.
Conocida por su personalidad divertida, siempre sonriente, Botana no defraudó a sus seguidores. Acostumbrada a compartir mucho de su vida personal con los espectadores ? su familia y sus amigos suelen ser parte del elenco estable que aparece en el programa?, ésta no fue la excepción. La conductora contó su día de la madre con la misma frescura con la que confesó no saber hacer el repulgue de las empanadas.
Si alguien esperaba ese momento para espiar, más allá de lo profesional, el dolor de la madre, debe haber quedado muy decepcionado. Porque, fiel a su estilo, Botana enumeró los regalos que recibió de parte de sus hijos sin revelar nada más que alegría cuando para muchos el hecho de que regresara justo el día después del día de la madre suponía un golpe bajo que nunca sucedió.
Por suerte, el carisma de la conductora y la habilidad de su coequiper evitaron los tropiezos emocionales aunque, claro, entre los nervios y las expectativas algún paso en falso se filtró por la barrera de contención. "Cómo cambiaron algunas cosas", dijo Pérez en el comienzo del envío, pero no se refería a la muerte de Facundo, sino a los nuevos micrófonos. A su lado, Botana sonreía porque muchas cosas cambiaron para ella, pero decidió seguir adelante, con su vida y con el programa que es una parte tan esencial de ella.
Natalia Trzenko
No hay comentarios:
Publicar un comentario