jueves, 23 de octubre de 2008

El Colón y las zapatillas de la discordia



Una presentación con repercusiones insospechadas
El Colón y las zapatillas de la discordia
Horacio Sanguinetti afirmó que no fue autorizada por él y que "nunca más va a suceder algo así" en el teatro.

La marca de calzado deportivo dispuso sus productos en la muestra histórica del CETC Foto: Gentileza Rolling Stone
El martes 14 de este mes se realizó en el Centro de Experimentación del Teatro Colón (CETC) la presentación del nuevo modelo de zapatillas Converse en un acto por el centenario de la marca deportiva que reunió a caras famosas del mundo del rock, intervención de trajes usados en puestas líricas con zapatillas nuevitas, comidita de autor y sonido punk. Por lo bajo, algunos dijeron que el Centro de Experimentación se había convertido en una extensión del Centro Municipal de Exposiciones.
Dos días después, los directores de la sala, Horacio Sanguinetti y Marín Boschet, enviaron un memo interno que dice: "Acaba de realizarse en el CETC un acto totalmente ajeno a la tradición del Teatro y a los propósitos de esta gestión. No fue autorizado ni siquiera conocido por la dirección".
Sin embargo, horas antes de la presentación de las zapatillas que usaron The Ramones, un funcionario de marketing de la sala, que prefirió el off, dijo: "Estos shows privados son los que permiten recaudar fondos en una temporada donde casi no entra dinero; de hecho, Converse, además de pagar hasta el último gasto, entregó ropa deportiva para todo el ballet". Eso sí, hasta ayer a la tarde nadie había entregado indumentaria alguna a los integrantes del ballet. Desconocimiento
"Ese día estaba en cama e ignoraba lo que se estaba organizando, algo tan contrario a nuestro criterio estético. Me enteré cuando un empleado de la casa me llamó para contarme lo que estaba sucediendo en el CETC. Yo le puedo decir que todo eso me afectó mucho, pero es algo superado. Le doy mi palabra que nunca más va a suceder algo así en el Colón", dijo Sanguinetti en comunicación telefónica con La Nacion.
Desde la misma sala, pero en rotundo off, aseguran que el contrato existía. A lo sumo, creen que el conflicto surgió cuando los melómanos del Colón vieron las imágenes de gente haciendo pogo mientras Marky Ramone cantaba algunos de sus clásicos frente a una platea formada por Dolores Barreiro y rockeros vernáculos que pasaron una noche entre copas de champagne, glam y delicias varias. A partir de la difusión de esas imágenes parece ser que comenzaron a hacer presión sobre el mismo director de la sala, quien terminó redactando el memo que esta semana comenzó a filtrarse a los medios.
Quizá con el propósito de evitar nuevos conflictos, Horacio Sanguinetti anuncia en ese memo que los únicos actos autorizados por su dirección serán un concierto organizado por la embajada de Italia y la presentación del libro Gerónima, del vicegobernador de San Luis, Jorge Pellegrini.
Claro que hablar de presentación de un libro para un material ya editado hace años es llamativo (de hecho, en 1986 se estrenó el film Gerónima, basado en la idea argumental de Pellegrini). "Bueno, estamos creando un polo operístico en San Luis y Pellegrini es un amigo y le vamos a dar una mano", apunta Sanguinetti sobre la presentación de la séptima edición de este libro, que se realizará hoy.
En pocos días, el director asegura estarán las conclusiones de la investigación sobre el o los responsables de la organización de un acto que, supuestamente, desconocía la cúpula del primer coliseo.
Alejandro Cruz


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